A pesar de que habían transcurrido dos años desde que, en 1927, Charles Lindbergh consiguió cruzar el Atlántico en solitario —por lo que ya no había un gran premio por el vuelo—, continuaba la pasión de muchos aventureros por conseguir nuevas modalidades de travesía. Hasta el punto de que más de un centenar de pilotos habían perecido en el intento y el Gobierno francés prohibió realizar esos vuelos desde su territorio. Eso no impidió que el millonario francés Armand Lotti desmontase su aeroplano Bernard, lo trasladase de contrabando hasta Inglaterra y de allí a Estados Unidos. Como Lotti era tuerto y tenía prohibido el pilotaje, contrató a dos experimentados pilotos —Assollant y Lefévre— con los que pretendía llegar a París viajando él como pasajero.
Lotti era un hombre optimista y por esta razón llamó a su avioneta "L’Oiseau Canari" (El canario o Pájaro Amarillo).
Después de muchos cálculos sobre la relación entre el peso del avión y el combustible, horas antes de despegar descargaron cien litros de gasolina para aligerar en 90 kilos el aeroplano y aumentar las posibilidades de llegar a París. Pero durante la prolongada ceremonia de despedida, no se dieron cuenta de que un individuo se montaba en el avión y se escondía en la parte de atrás.
Se trataba de Arthur Schreiber, un desempleado norteamericano de 25 años.
Al cabo de unas horas de vuelo, el polizón se presentó a los otros tres con la sencilla frase "here I am". Explicó su acción por el deseo de cumplir su sueño de emular a Lindbergh cruzando el Atlántico; y precisó que como no tenía dinero, se había montado en su avión. Una vez repuesto de la sorpresa, Lotti decidió que no regresarían al punto de despegue. Para asegurarse la exclusiva periodística del relato, amenazó a Schreiber con tirarle del avión en pleno vuelo si no firmaba el escrito de renuncia a hacer declaraciones que redactó allí mismo.
Debido al gasto de combustible que había ocasionado el peso con el que no habían contado y a una fuerte tormenta, tuvieron que aterrizar en la costa tras 29 horas de vuelo. Concretamente en la playa de Oyambre.
El pasado 14 de Junio se cumplieron 94 años de este forzoso aterrizaje.
Desde entonces, a esa zona de la playa se le llama 'El Pájaro Amarillo'.
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